En algunos sustratos preparados caseros y comerciales se suele encontrar vermiculita, la cual contiene silicatos de hierro y/o magnesio, de los cuales solo se rescata cierto rango de producción de cationes que puede ser útil en sustratos oxigenados. Por eso puede ser más útil en cultivos emergido que en el fondo del acuario.
Un mineral de hierro muy frecuentemente usado es la fluorita, pero tiene la ventaja de ser muy poco soluble. A pesar de ser muy usada en acuarios plantados, no debe ser considerada como una buena fuente de hierro. Si se compara la fluorita con un acuario sin sustrato nutritivo, no tiene ninguna ventaja.
La sepiolita (Mg4Si6O15(OH)2?6H2O) es un filosilicato neutro en condiciones normales de contacto con líquidos no agresivos e insoluble en agua. Se resalta que es un buen absorbedor por su estructura porosa, por lo cual se usa en limpieza de residuos líquidos y como componente principal de la arena para gatos.
La dolomita (CaMg (CO3)2) es un carbonato de calcio y magnesio, que en ocasiones ha sufrido procesos de reemplazo de magnesio por hierro, al cual se le denomina ferrodolomita. Normalmente se usa como corrector de suelos ácidos y deficientes de calcio. Puede ser útil en acuarios con aguas muy blandas o substratos demasiado ácidos, aunque el oxido de calcio que genera al ser descompuesta, puede ser un problema ya que pueden contener altos porcentajes de metales pesados.
Otro elemento muy usado en sustratos nutritivos es la bentonita, una arcilla compuesta de varios filosilicatos. Posee propiedades aglutinantes y suele usarse en lodos de perforación, como aglutinante en comida para animales y a veces, dependiendo de su composición, como correctores de suelos. Cuando se hidrata puede llegar a aumentar su volumen hasta 10 veces. También puede usarse como impermeabilizador de lagunas, ya que como arcilla aglutinante promueve ese efecto en suelos normales. Nutricionalmente no es una buena opción para las plantas acuáticas.
Entre las arcillas más nombradas y reconocidas por su utilidad para la elaboración de un sustrato nutritivo para acuario, se encuentra la laterita. Se trata de horizontes de suelo fuertemente enriquecidos en óxidos e hidróxidos de hierro, producto de la acumulación mineral, debido a la meteorización química avanzada de una roca que ya previamente mostraba un cierto enriquecimiento en estos componentes. Entre los minerales de hierro que la componen, se pueden contar goethita, lepidocrocita, hematites, a menudo acompañados de sílice o cuarzo, y de hidróxidos de aluminio y manganeso. Se forman en zonas de relieve horizontal sobre rocas ricas en hierro, fundamentalmente sobre rocas ígneas básicas o ultra-básicas, ricas en minerales ferromagnesianos como el olivino o el piroxeno. La hidrólisis de estos minerales, a través de serpentina y clorita fundamentalmente, produce como productos finales óxidos/hidróxidos de hierro, sílice, y sales solubles de magnesio y calcio. Algunos de los componentes minoritarios de estos minerales (Ni, Cr, Co) pueden también concentrarse en las lateritas, para convertirlas en menas. La ventaja fundamental de usar laterita en el acuario, está en su alto contenido de hierro y micronutrientes necesarios para las plantas. Dichos micronutrientes están también en suelos normales, pero la diferencia está en la cantidad y disponibilidad del hierro. A diferencia de las arcillas ferruginosas normales, la laterita actúa como un almacén dosificador de hierro disponible.
Muchos acuaristas han usado turba en la composición de algún sustrato nutritivo para acuario. Si bien, ésta contiene y puede producir compuestos húmicos y fólicos que interactúan con diversos iones contenidos en el agua (p.e. calcio y magnesio), es más provechoso obtener sus ventajas en un medio más oxigenado que el sustrato (p.e. en el filtro). Al igual que sucede con la materia orgánica contenida en la tierra negra, la turba en un sustrato que tienda hacia condiciones anaeróbicas, va a desarrollar zonas anoxias, que se caracterizan por el oscurecimiento de la porción de sustrato, generación de fenoles, ácido sulfhídrico y metano. Una compleja serie de reacciones químicas hacen que el sustrato se reduzca químicamente, ocasionando a veces que algunos metales como el hierro, migren a formas cristalinas que pueden llegar a ser peligrosas para la vida acuática. Además, la liberación progresiva de nitrógeno proveniente de la descomposición anaeróbica de la materia orgánica, favorece el asentamiento y proliferación de cianobacterias, al menos durante la etapa inicial de maduración de dicho sustrato. Si se desea agregar turba y/o tierra negra en la mezcla de sustrato, es recomendable no superar entre los dos el 30% del volumen total de dicha mezcla, dado el alto contenido de materia orgánica. Para evitar los problemas arriba mencionados, se recomienda plantar densamente para asegurar un buen enraizamiento que evite el compactamiento y permita oxigenar dicho sustrato. Además se pueden introducir algunos ejemplares de caracol trompeta (Melanoides Tuberculata), los cuales son muy útiles en este caso.
Otro agregado de los sustratos nutritivos, aunque no tan común es el carbón vegetal finamente molido. También puede usarse carbón activo finamente molido. Éste permite encapsular y retener fenoles, nutrientes que liberan lentamente y además aportan carbono orgánico que se descompone lentamente. Su agregado es realmente beneficioso para las raíces de echinodorus sp. y de las alismataceas en general. La cantidad de carbono requerida para un sustrato promedio, no supera el 2% en volumen. Cantidades superiores pueden ser problemáticas.
Todos los materiales anteriormente mencionados han sido usados por muchos acuaristas e investigadores. La elección de los materiales a usar en una nueva mezcla, debe ser resultado del análisis detenido de todos los parámetros arriba expuestos.
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